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¨Los hombres no lloran¨


Por ese extraño preconcepto de que los hombres no lloran, guardamos dentro de nosotros emociones que debimos exteriorizar y no lo hicimos. Desde chicos cuando nos veían lagrimear nos hacían cesar repitiendo la frase ¨los hombres no lloran¨ y entonces como íbamos a llorar si en un futuro serian eso, hombres de corazón duro. Así nos fueron formando. Eso si podíamos maldecir, gritar, lanzar frases soeces y reírnos a carcajadas, pero llorar no; los hombres no lloran entonces nos decíamos nosotros mismo frenando todo intento de exteórisar una pena que pudiera estrujar nuestro corazón.

  Se llora, por amor, por dolor y también por bronca e impotencia pero en soledad, sin que nadie vea nuestras lágrimas, porque en nuestra mente perdura la frese escuchada desde pequeño y, entonces, ella nos la repite ¨los hombres no lloran¨. ¿Porque no podemos demostrar ese sentimiento? ¿Que nos puede avergonzar mostrar una lagrimas sinceras? ¿Quizás nos crean menos hombre si lloramos? En lo personal estimo que no, aunque de esto recién me di cuanta hace unas pocas horas. Ser hombre es otra cosa. Ser hombre es entender al otro, es ser amable con todo y en especial con las mujeres. Si, con las mujeres consideradas el sexo débil que es otra gran mentira impuesta por la sociedad. Débiles somos nosotros que frente a una enfermera con una inyección presta aplicárnoslas nos asustamos. Sin embrago el ¨sexo débil¨ atraviesa un parto sin inmutarse. Pero nosotros somos el sexo fuerte y no podemos llorar frente a nadie. Que grave error.
Se llora por amor, pero nuestra enamorada no debe ver nuestras lagrimas porque ¨somos hombres ¨sin embargo en esas lagrimas pueda haber toda una poesía. En ese sentido el tango ¨Muchacho ¨nos habla del encanto de llorar sobre un pecho de mujer. Entonces si se pueda reirá en el momento justo, porque en ese momento especial no damos rienda suelta a nuestros sentimientos y dejamos que se expresen libremente. ¿Qué hacemos con una bronca contenida, rompemos todo? Por supuesto que no, ya que luego nos arrepentiríamos. Esa bronca por motivos que fuesen puede traducirse en lágrimas ya no de amor sino de bronca o impotencia, pero lágrimas al fin, entonces porque ocultarlas. Si las exteriorizamos no seremos menos hombres, simplemente nos rebelaremos frente a cierta regla impuesta por la sociedad.
Que llorar cuando la circunstancia así lleva a hacerlo es bueno. Yo lo aprendí, como ya dijera hace apenas algunas horas y aquí relato un hecho personal, que me sirvió finalmente para darme cuenta que no debo ocultar mis lágrimas. Si, fue el paso viernes luego de la segunda función de ¨Legalmente Rubia¨ y tras haberse apagado las luces y el cierre del telón. En esos momentos nos saludamos con algunos compañeros de elenco y se me hizo un nudo en la garganta: había lágrimas que pretendían salir y las contuve. Era la emoción lógica que da el saber que todo funcionó bien durante la obra. Sin embargo no pude saludar a todos porque las lágrimas me ahogaban, Eran lágrimas de emoción y tristeza. Tristeza si porque a quien había conocido cuando apenas me iniciaba en las cuestiones del teatro y me acompaño durante casi toda la vida he incluso, cuando retome la actividad ya no estaba a mi lado para saludarla, como el día anterior lo había hecho con nuestras hijas, de todos modos no quería que me viesen lagrimear y me retire con esa pena en el pecho. Luego, no pude dormir por esa razón y hoy me doy cuenta que debí dejarme arrastrar por ese sentimiento, sin importarme que me viesen llorar y llorar.

GERARDO SCIOSCIA

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